Como padre o madre debes responder honestamente a las preguntas formuladas arriba pues de esta manera se abrirá para vosotros el camino para aceptaros y aceptar a vuestros hijos adolescentes como seres humanos.
Sabiendo como piensas, que sientes hacia él, podrás ayudarle a plantear comportamientos que sean la base de un respeto mutuo.
Si puedes verte como persona primero, y como padre después, probablemente serás capaz de nutrir a tu hijo de una forma más completa.

La edad del pavo
La edad del pavo es frecuentemente el momento en que ese choque generacional es más espectacular y, en ocasiones, más difícil de comprender para los padres y más dolorosa para los adolescentes.

Pubertad: Para Muchachas
La pubertad es la época en que tu cuerpo comienza a cambiar de cuerpo de niña a cuerpo de mujer. Puede tardarse varios años, y generalmente ocurre entre las edades de nueve a 17. Generalmente, las muchachas comienzan su pubertad antes que los muchachos.
La pubertad ocurre cuando tu cerebro y tus órganos sexuales envían mensajes al resto de tu cuerpo. Estos mensajes los llevan unas substancias químicas llamadas hormonas. Las hormonas preparan tu cuerpo y tu mente para entrar a la madurez sexual (edad adulta).
Cambios exteriores
Durante la pubertad, las caderas de las muchachas comienzan a ensancharse. Tal vez tú ni siquiera te des cuenta, porque es un cambio muy sutil. Luego, pelo comienza a crecer debajo de tus brazos, alrededor de tus órganos genitales, y un vello más fino comienza a aparecerte en las piernas y los brazos. Tus senos comenzarán a cambiar en tamaño y forma. Este cambio puede ocurrir lentamente o con rapidez, dependiendo de ti.
Probablemente comenzarás a sudar más debajo de los brazos, y tu sudor podría oler diferente. Eso es algo de fácil remedio — báñate con mayor frecuencia y comienza a usar un desodorante si no te gusta tu olor.
Durante la pubertad, tanto muchachas como muchachos pueden resultar con acné (también conocido como "espinillas"). El acné es muy común y relativamente fácil de tratar. Tu proveedor del cuidado de la salud podrá encontrar el tratamiento que sea bueno para ti.
A veces, las hormonas de la pubertad pueden causar cambios en tu humor, haciendo que te sientas más incómoda, o exaltada por cosas que antes no te alteraban. Esto es normal y es una buena idea compartir tus sentimientos con alguien de tu confianza, especialmente si te sientes muy triste o frustrada. Todos pasamos por la pubertad, de manera que tú podrías encontrar un adulto que te comprenda y te ayude a comprender tus sentimientos.
Cambios interiores
Las hormonas causan cambios en tus órganos reproductivos internos, preparándolos para pasar a los ciclos de menstruación y, algún día, tal vez tener un bebé. En cierto momento de tu pubertad vas a comenzar a tener ciclos de menstruación, y comenzarás a tener tu regla mensual. La mayoría de las muchachas comienzan a tener su regla casi en la misma edad que sus mamás, de modo que tú podrías preguntarle a tu mamá qué edad tenía ella cuando comenzó con la suya. Esa es una buena manera para comenzar a hablar con tu mamá sobre tu pubertad.
Tu primer ciclo menstrual comienza adentro de ti, donde tú no puedes verlo, cuando un óvulo sale libre de tu ovario. Esto es conocido como ovulación. Los ovarios generalmente liberan un óvulo por mes. Ese óvulo recorre el Tubo de Falopio camino al útero. Es difícil señalar cuándo ocurre eso, pero generalmente es como dos semanas después de tu regla.
Mientras tanto, el útero se ha preparado desarrollando un grueso forro interior de sangre. Este forro es muy importante si tienes un bebé. Si tuviste relaciones sexuales con un hombre y tu óvulo es fertilizado por su esperma, el óvulo fertilizado puede insertarse en el forro, y el embarazo principia. De otra manera, el forro comienza a salir pasados algunos días, y sale de tu cuerpo como "flujo menstrual" a través de la vagina. Este es el "desangre" que dura de cinco a siete días y se le conoce como tu "período" o tu "regla".
Tu período o regla
Los períodos o reglas son parte de un ciclo mensual por el que pasa la mayoría de las mujeres saludables durante sus años reproductivos. Generalmente tú no vas a ver o sentir el resto del ciclo, de manera que tu regla es el indicador que ha ocurrido el ciclo.
El flujo menstrual es generalmente más intenso en los primeros días. Algunas mujeres sufren de calambres antes o durante sus períodos. Esto es normal y se quita tomando Tylenol o ibuprofen. Si tú tienes muchos calambres, puedes obtener ayuda con tu proveedor de cuidado de la salud para tu salud. Algunas mujeres se sienten irritables, hinchadas, o tendrán una serie de otros síntomas antes de que comience su período menstrual. Esos síntomas son temporales y se les conoce como SPM o síndrome premenstrual.
Al principio, la mayoría de las mujeres tienen reglas "irregulares", o sea que no las tienen cada mes, o al mismo tiempo de mes a mes. Muchas mujeres se regularizan después de un año, aunque algunas mujeres
nunca se regularizan. Los ciclos menstruales de la mayoría de las mujeres son de 28 a 32 días. Hay algunas cosas que harán que tu regla se retrase:
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Tensiones preocupaciones por problemas familiares, exámenes escolares u otras cosas.
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Ejercicio muchas mujeres atletas tienen períodos irregulares.
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Cambios considerables en tu vida-haciendo algún viaje o mudándote.
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Embarazo es importante pensar en eso si eres sexualmente activa, aunque uses control de la natalidad
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Control de la natalidad-métodos hormonales para controlar la natalidad (la Pastilla, implantes e inyecciones) pueden hacer que tu regla cambie o se interrumpa. Esto es algo que debieras charlar con la persona que te recetó el método de control de la natalidad.
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Enfermedades a veces, el estar enfermo o no sentirse bien puede causar un retraso en la regla
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La pubertad es algo por lo que pasan todos y puede ser muy incómoda, embarazosa, y producir tu soledad. Es el tiempo adecuado para aprender de tu cuerpo y cómo funciona. Es también el momento oportuno para comenzar a hablar con tu mamá o tu papá acerca de sus experiencias cuando ellos tenían tu edad. También puedes hablar con la persona que cuida de tu salud si tienes preguntas que no te atreves a hacérselas a tus padres.
Qué pasa en la pubertad: muchachos
La pubertad es la época en la vida cuando tu cuerpo cambia de mirarse como un niño a mirarse como un adulto. Las hormonas que producen todos esos cambios te pueden dar una sorpresa. Tu cuerpo, tu cabello, tus emociones, tu voz, tu pene. Todo se ve afectado, así parece.
Generalmente, los muchachos comienzan su pubertad entre los 10 y los 12 años de edad, aunque algunos comienzan un poco antes o un poco después. Los cambios ocurren porque tu cuerpo deja escapar ciertas diferentes hormonas. La primera señal es cuando los testículos se ponen más grandes. Como un año después, tu pene aumentará de tamaño, y el vello púbico (el cabello que los adultos tienen en sus genitales) comienza a crecer.
Unos meses más tarde tu vello púbico comienza a salir, tu cuerpo comienza a crecer más rápidamente. Cuánto tiempo durará este súbito crecimiento, cuál será tu estatura definitiva, depende de muchas cosas. Aunque lo más importante es la estatura de tu familia. Mientras tú estás creciendo, algunas otras partes (especialmente tus manos y piernas) pueden crecer con mayor rapidez que las otras, lo cual hará que te sientas torpe y desmañado. Muchos muchachos sienten molestos dolores por el crecimiento de sus brazos y piernas, conforme los huesos crecen más rápidamente que los músculos se pueden estirar.
En algunos muchachos aparece una hinchazón debajo de sus tetillas, lo que hará que se vean como senos de mujer. No es razón para asustarse. Eso lo causa las hormonas que vibran a través de tu cuerpo, y con el tiempo desaparecerá. Sin embargo, si te sientes preocupado, puedes preguntarle a tu proveedor de cuidado de la salud para que te diga si esos síntomas son normales.
En algún momento durante tu pubertad podrías comenzar a tener sueños eróticos. Mientras duermes, tu pene se va a endurecer, y vas a eyacular (te saldrá semen). Esto es completamente normal. Aunque tal vez sientas alguna vergüenza, la mayoría de los muchachos ocasionalmente tienen un sueño erótico. Van a ser menos frecuentes conforme crezcas, y conforme tengas mas eyaculaciones despierto.
En algún momento, tu voz se va a poner más profunda. De vez en cuando te saldrá algún falsete, pero ese problema también desaparecerá. En muchos muchachos aparecerá barba, y el cabello de tu cuerpo se engrosará. En otros aparecerán espinillas durante la pubertad. Si tienes problemas para controlar tus espinillas, llama a tu clínica de salud para obtener ayuda. Hay muchas medicinas en el mercado que te podrán reducir o eliminar el acné.
El tiempo de la pubertad es muy extraño. Algunas personas crecen más temprano y tienen que enfrentarse al problema de ser más altos y tener su acné antes que el resto de sus amigos. Otros comienzan a crecer después y tienen que esperar a que sus amigos crezcan. De todas maneras, es importante recordar que todos pasamos por esa etapa, y que eventualmente todo vuelve a la normalidad. Si las cosas se ponen confusas, busca a alguien con quien hablar: tu hermano mayor, tu papá, o cualquier otro hombre en quien puedas confiar. Es casi seguro que ellos se sintieron igual que tú ahora y tal vez pueden ofrecer algún consejo.

Partamos de lo obvio: los hijos no vienen con libro de instrucciones, y cada uno es un ser único e irrepetible que, para ser comprendido, requiere de sus padres y hermanos mucha paciencia, capacidad de escucha y dotes de observación.
El ser humano tiene una triple dimensión: biológica, psicológica y social. Y en el adolescente se producen repentinamente cambios en las tres dimensiones, lo que causa el desconcierto del propio joven y de su familia. Aunque la transición de la niñez a la edad adulta pueda durar muchos años, la edad del pavo suele venir acompañada de un cambio de carácter, a veces profundo.
Comienza el adolescente percibiendo una apariencia física diferente: los rasgos infantiles dejan paso a un cierto desgarbo y desproporción en las formas corporales, surge el vello, la maduración de las gónadas sexuales da lugar a las primeras menstruaciones en las chicas y a las primeras eyaculaciones en los chicos. De pronto, los niños se topan con un cuerpo extraño y deben acomodarse a la nueva circunstancia: se ven "metidos" en una anatomía casi adulta que les resulta ajena y les inquieta sobremanera.
El cuerpo se convierte en algo nuevo, que debe ser minuciosa y constantemente observado: las sesiones de espejo se hacen interminables, cualquier cambio -espinillas, vello, cambio de voz en los chicos, la menstruación y el crecimiento de los senos en las chicas- se convierte en un contratiempo y comienzan las reflexiones y, a veces, los incesantes cuidados corporales para aceptarse uno mismo y para ser bien visto por los demás.
En esta edad, distinguirse de los demás no es normalmente un objetivo. La mayoría de los adolescentes, en esta fase de la edad del pavo, se muestran rebeldes a las consignas pero obedecen sumisamente los dictados de la moda juvenil más convencional.
Con el sexo hemos topado
Con la maduración sexual, surge la atracción por el otro sexo. Es un momento que se vive muy atribuladamente y se percibe como un descubrimiento espectacular. Con la evolución de las costumbres, se han modificado las conductas adolescentes respecto al sexo. Ahora, ellas también toman la iniciativa. Los modos y estrategias de seducción son más abiertos y directos, y se activan tanto por los chicos como por las chicas. Este descubrimiento de la sexualidad conduce a la exploración del placer que produce practicarla, a solas o en compañía.
Hoy, pocos adolescentes ven el sexo como algo perverso o pecaminoso. Se esconden casi lo mismo que lo hacían sus mayores, pero no temen tanto la práctica del sexo. Para los padres, la actividad sexual de sus hijos adolescentes es, ante todo, un problema: de conciencia moral ("pero si son tan jóvenes que..."), de estilo ("en nuestra época, el sexo era una cosa más romántica, más elegante...") y, fundamentalmente, de riesgo ("mira que si la dejas embarazada" o "si te quedas encinta, qué harías con un niño a los 17 años"). Pero para muchos adolescentes, el sexo es una aventura apasionante por la que merece la pena asumir ciertos riesgos. Esta manera tan divergente de vivir la sexualidad frena la implantación de una educación sexual eficaz para los niños. Prohibir drásticamente o anatematizar las relaciones sexuales propicia que las realicen con conciencia de culpa, que no soliciten la información necesaria y que corran riesgos perfectamente evitables, como las enfermedades contagiosas y el embarazo no deseado.
Tanto educadores como padres debemos proporcionar a los adolescentes informaciones claras y completas, primando, en su caso, la recomendación de un sexo consciente, responsable, seguro y placentero. La edad del pavo es una fase en que, por otra parte, los jóvenes necesitan comprobar las posibilidades y habilidades de lo que perciben como nuevo continente físico, su propio cuerpo. Por ello, la práctica de deportes es particularmente aconsejable en esta edad.
Qué pasa en esa cabecita
En el adolescente, la procesión va por dentro: su psique, sus emociones, son un hervidero de problemas, inseguridad, dudas y contradicciones. No sabe quién es ni lo que quiere, se ve inestable en sus propósitos. Y, en sus conductas visibles, reacciona de una forma sorprendente: se muestra cabezota, obstinado en las discusiones, lleva la contraria casi por sistema, habla poco y cuando lo hace es mediante susurros; o, lo que es peor, a gritos, como quien está seguro de todo y acaba de descubrir la verdad de las cosas. Discute sólo para ganar, para hallar en la lucha dialéctica esa firmeza de la que carece.
Necesita "matar al padre", derrocar la autoridad. Por eso es contestario, rebelde sin causa. Pero cree que sólo esa ruptura traumática le va a conducir a la emancipación. Con esa oposición sistemática están reivindicando ante los adultos el "yo no soy tú". Necesitan ser autónomos y que se les reconozca como independientes en algunas cuestiones. Pero a la vez, y esto azora a los padres, es frecuente que no se muestren responsables para lidiar con sus estudios, ordenar su habitación o racionalizar sus gastos personales. La batalla está asegurada.
Los padres les espetan "si quieres hacer tu vida y ser independiente que sea para todo: para estudiar y para organizarte mejor" y ellos responden con un lacónico y polivalente "el único problema es que no me comprendes". Los adultos también hemos sido adolescentes, pero nunca hemos tenido la edad de nuestros hijos. Hace 30 años vivíamos en una dictadura, no había más que una TV, no existían los ordenadores ni Internet, en la escuela las clases no eran mixtas, se pensaba que la masturbación era pecado, las familias de dos y tres hijos eran lo normal, los jóvenes despertaban al sexo en la veintena y no había preservativos ni educación sexual alguna, el trabajo abundaba, el rock era cosa de desquiciados, casi nadie viajaba en vacaciones y sólo iban a la Universidad unos pocos elegidos. Cualquier parecido con la realidad actual es pura coincidencia. Partamos de ello, y estaremos más capacitados para entender el mundo interior de los adolescentes, y más motivados para observarles con atención y escucharles con paciencia, cercanía y cariño. Ahora bien, aunque podamos ceder en cosas para ellos importantes (apariencia externa, gustos musicales y aficiones, amistades, horarios en días festivos... ) hemos de mostrarnos firmes en lo fundamental: respeto a padres y hermanos, responsabilidad en sus deberes académicos y hogareños, salud y seguridad personal ... Porque, aunque se oponen a cualquier autoridad, necesitan una referencia, unas certidumbres que alivien su estado de duda y les sirvan de orientación.
Cuando se educa a un adolescente, hay que hacerlo a largo plazo. Si hemos mantenido en esta etapa una actitud de escucha y comunicación, combinando el afecto con las concesiones y la firmeza, es muy probable que vuelvan a la normalidad de la vida familiar. Porque, desde esa serenidad adquirida, percibirán a la familia como el valor seguro que es.
Flexibilidad e inteligencia El tirón que cada adolescente experimenta para no perderse el estado de ebullición mental y física que su edad y cambios físicos le generan es tan fuerte que los adultos poco pueden hacer, más allá de recabar información sobre sus hábitos. Y la influencia del medio social está tan llena de riesgos que los padres pueden adoptar posiciones extremas: prohibición total, protección excesiva, obsesión por saber todo lo que hace el hijo o hija... La flexibilidad es la actitud más inteligente: no discutamos por las cuestiones menores, pero defendamos una posición firme, aunque siempre razonada, sobre ciertos hábitos que atentan contra la salud, la seguridad o el ritmo de algunas diversiones que impiden que cumpla con los estudios o se alimente y descanse correctamente. Nos resulta difícil comprender por qué van en masa, bailan al mismo ritmo, visten igual y escuchan la misma música. Pero es su seno social, que sienten como protector de su inseguridad. Ahí están a gusto. Se defienden frente a un mundo adulto que consideran agresor. Y en ese útero de masas van incubando su proceso de emancipación. En períodos posteriores, dejarán de necesitar a la masa protectora e irán por libre. Esperémosles con las puertas abiertas, pero sin perder el hilo de por dónde y cómo se va tejiendo ese proceso de construcción personal. Cómo ayudar a nuestros hijos en la edad del pavo
Cómo ayudar a nuestros hijos en la edad del pavo
Hay algunas manifestaciones típicas de esta edad que preocupan a los padres: el fracaso escolar, el inicio en el consumo de alcohol y drogas, las conductas marginales, ese aislamiento de todo y de todos que puede exigir la intervención de un psicólogo... Lo cierto es que cada adolescente es todo un mundo que hemos de conocer, y podemos ayudar a nuestro hijo en esta etapa si actuamos como sigue: